jueves, 5 de febrero de 2009

"¿Qué derecho al aborto?" por Eduardo San Martin

Ya no me interesa mucho lo que digan Zapatero o Rajoy, u otros. No leo las noticias cuyos titulares se basan en sus declaraciones. Sus palabras son huecas. Cuando no yerran desastrosamente, mienten descaradamente, o uno no sabe si mienten, por lo cual tampoco merece la pena hacerles caso. Prefiero dejarles en sus cacareos huecos mientras me informo de otros asuntos que conciernen a la Humanidad.

Pero ha habido una noticia que me ha llamado la atención. Fue en el ABC del 30/1/09 una referencia a un blog, y en éste una referencia al aborto. El asunto captó mi interés. Versa sobre el más reciente programa "Tengo una pregunta para usted" que emitió creo que la Uno. El interrogado era Zapatero.

Bueno, no voy a contar aquí algo que no ví. Tengo la TV averiada pero es que, ya digo, a los políticos cada vez les dedico menos atención por lo falsas que son generalmente la informaciones que salen de sus labios. Así que me remito a lo publicado en su blog una persona que sí lo vió: Eduardo San Martin habla de ello en su blog "Perezas Privadas" (copio y pego):


De Eduardo San Martín (el 28/01/2009 a las 16:33:05, en Política, 1437 Visitas)

En el programa “Tengo una pregunta para usted” del lunes pasado, Zapatero se salió por las ramas (una vez más) a una pregunta que no ha sido muy comentada a pesar de que plantea un problema muy actual. Me refiero a la que planteó un sacerdote: “¿Cree usted que el embrión es un ser humano?”. En la primera respuesta ZP se fue por la tangente y defendió la necesidad de ampliar la ley del aborto, y bla, bla, bla. El cura le interrumpió y volvió a la carga :”Pero, ¿es el feto un ser humano?”. Salió otra vez por peteneras el presidente hablando de la sentencia del Tribunal Constitucional que, según él, garantiza “el derecho de las mujeres al aborto”. Si ha leído de verdad esa sentencia, ¿cómo puede decir tamaña barbaridad jurídica un presidente del Gobierno que, además, ha sido profesor en una facultad de Derecho? Después volvemos a ese fallo. Debo aclarar primero que no es mi intención plantear el debate en términos morales-religiosos. Allá cada cual con sus creencias. Me voy a limitar a señalar cómo se encuentra la cuestión en España en el plano estrictamente jurídico-constitucional. En la aludida sentencia, de 1985, el TS admitía, es cierto, la constitucionalidad de los tres supuestos de despenalización del aborto, que seguía siendo sin embargo un delito. El sacerdote planteó mal la cuestión porque ningún ordenamiento jurídico, tampoco el nuestro, considera al feto un ser humano titular de derechos. Debió haber preguntado si el embrión es un proyecto de vida humana susceptible de protección jurídica. Y en este punto el TS es tajante: “El nasciturus es un bien jurídico constitucionalmente protegido por el art. 15 de nuestra norma fundamental”. Y la protección al proyecto de vida del nasciturus prevalece frente al derecho de la madre al libre desarrollo de su personalidad. Y sólo prevalecen sobre ese bien jurídico protegible los derechos de la madre a la vida y a su salud física y mental en los supuestos y con los límites establecidos en la ley. Eso es todo. No hay en nuestra doctrina constitucional nada parecido al derecho al derecho al aborto de las mujeres invocado por el presidente del Gobierno. Al contrario, la vida del nasciturus está protegida por el art. 15 de la Constitución. Por eso, el proyecto del Gobierno de una ley de plazos se va a enfrentar a ese formidable escollo jurídico: el aborto libre en un plazo determinado choca frontalmente con la doctrina del TS, que exige que el derecho a la vida y la salud de la madre esté en riesgo para que prevalezca sobre la vida del nasciturus. Así que ZP no sólo no respondió a la cuestión sino que manipuló la doctrina del TS. Una distorsión que pueden perpetrar las asociaciones pro abortistas (allá ellas) pero nunca él, y menos ante millones de ciudadanos.


Es muy interesante leer los comentarios que los lectores de ese blog han hecho al autor (Eduardo San Martin) al respecto. Yo no los he leído todos (hay más de 160), sólo unos pocos, pero he sacado alguna impresión general:

* no es necesario ser católico, cristiano o creyente de otras religiones para entender que el aborto es un asesinato.

* no es necesario plantear el asunto en términos estrictamente jurídicos, como hace Eduardo San Martín. Lo ético prevalece en las conciencias ante leyes injustas.

Me guardo los comentarios en mi disco duro para leerlos y digerirlos con más tiempo, no sea que desaparezcan de la página de ABC por la razón que sea.

No hay comentarios: