viernes, 11 de diciembre de 2015

Propuestas electorales que quiero ver y no veo

Ya han llegado a mi casa las cartas a los Reyes Magos. Vamos, que los RR.MM. somos los votantes y las cartas las envían (de momento) Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

Por supuesto, no he perdido ni medio minuto en leer las tonterías y mentiras que estos dos elementos han tenido a bien escribir.

De Mariano Rajoy tengo la peor opinión posible, después de mentir como un bellaco en las anteriores elecciones, ya que al llegar al gobierno hizo justamente lo contrario de lo prometido. Si no vas a cumplir, según dijeron él y la Soraya "porque la situación era peor de lo esperado", al menos ten la decencia de dimitir y convocar nuevas elecciones CON EL PROGRAMA ELECTORAL QUE SÍ PIENSAS CUMPLIR.

De Pedro Sánchez aún sabemos poco, pero dada la historia de corrupción, incumplimientos electorales y mentiras de su partido, tampoco me da buena espina, aunque tenga esa carita de buena persona.

El buzón estaba casi atascado con tanta carta, ya que somos varios los posibles votantes que vivimos juntos. Mientras las sacaba del buzón me preguntaba si sería posible poner en la lista Robinson a los partidos políticos para que no envíen publicidad no deseada.

Como algunos han circulado en las anteriores elecciones por internet, un texto con algo así como: destinen el dinero de "mi" publicidad electoral a ayudas sociales.

De los otros partidos que dicen que van a ser hegemónicos, Podemos y Ciudadanos, aún no ha llegado la publicidad electoral. No sé si llegará, al estar recién incorporados al mapa político.

Pero, por lo poco que sigo la campaña electoral, más en titulares que en otra cosa, no detecto en los nuevos partidos propuestas agresivas de cambiar el sistema electoral español. Se dedican a repetir viejas consignas de la izquierda (Podemos) y de la derecha (Ciudadanos), como si por ser ellos nuevos, las consignas tuvieran ahora más validez o mayor credibilidad.

Por supuesto, el PP y el PSOE están muy cómodos con el sistema actual, que les ha permitido vivir muchos años engañando a los españoles. Pero, ¿los nuevos? Su seña de identidad, sobre todo en Podemos, que se dice heredero de los movimientos del 15-M, era una reforma a fondo de las instituciones y de los mecanismos electorales.

Ya no recuerdo en detalle qué se pedía entonces, pero yo apunto aquí algunas que se me ocurren como mejoras para incluir en cualquier programa electoral que quiera tener una mínima posibilidad de que yo lo apoye:

* Eliminación del Senado. Puede sonar radical, pero a día de hoy es una cámara de revisión de leyes pero sin capacidad de frenar nada, ya que el Congreso puede ratificar y poner en vigor una ley rechazada por el Senado. Como alguien ha dicho: es la máquina correctora más cara del mundo.

* Renovación del 25% de los escaños del Congreso cada año. O quizá un 45%, 35% y 25% en los años siguientes a las elecciones generales, teniendo en cuenta que los primeros años tienen más peso legislativo que los últimos. Nada de cheques en blanco a los partidos para que nos engañen y nos estafen durante otros cuatro años, como hizo el PSOE de Zapatero o el PP de Rajoy más recientemente. Es decir, si a los doce meses se observa que no ha ido cumpliendo lo que decía, un zurriagazo al reparto de escaños del parlamento que puede mandarlos a la oposición.

* Menor peso de la ley d'Hont en las votaciones. Mientras que esta ley permite configurar mayorías más sólidas para gobernar, deja fuera de juego a partidos con una menor representación local pero que, a nivel nacional, pueden sumar muchos votos que, de esta forma, quedan silenciados. Mi propuesta es que la mitad de los escaños se calcule con la ley d'Hont y la otra mitad de forma proporcional al número de votos a nivel nacional de cada partido (cada partido tendría una lista de nombres para esta segunda mitad, de la cual se sacarían los diputados elegidos por el orden en que estuvieran inscritos. Esto puede perjudicar a unas provincias y beneficiar a otras, según cómo haya hecho el partido la lista. También se pueden introducir elementos correctores para que la lista sea lo más representativa posible por regiones u obtenida al azar entre los candidatos).

* Ponderación de los votos en función del territorio. Debería valer más el voto de un señor que vive en un territorio con alta despoblación que el que vive en un territorio muy poblado. La explicación de esto es que el territorio despoblado merece más atención por parte de los gobernantes, para evitar que se acentúe la despoblación como un mecanismo negativo que se retroalimenta debido a la dispersión de los servicios básicos, falta de comunicaciones, etc.

* Promesas electorales vinculantes. Los que no las cumplan (o no intenten, al menos, cumplir, en función de sus mayorías) podrán ser enjuiciados penalmente a petición de cualquier ciudadano.

* Listas abiertas en todos los procesos electorales, es decir, que se puedan elegir candidatos de distintos partidos en una misma papeleta. El objetivo es votar por la capacidad demostrada por las personas, no a unas siglas. (Esto ya es posible en las papeletas al Senado, precisamente una institución que propongo que desaparezca).

* Presupuestos y cumplimiento de los mismos, así como ingresos de las administraciones, aprobaciones de gastos, sueldos de autoridades y funcionarios, proyectos, licitaciones, ofertas de licitaciones, etc. totalmente públicos, en tiempo real y de libre acceso en internet para cualquier ciudadano que quiera consultarlos (salvo materias reservadas de seguridad nacional, que requerirían ciertos controles para su acceso, y datos personalísimos: domicilio postal, informes sanitarios, etc.).

* Votaciones, de carácter consultivo, por internet, a todos los ciudadanos que deseen participar, sobre las nuevas leyes en proyecto, antes de que sean aprobadas en el Parlamento. Posibilidad de expresar sugerencias de mejora de la ley, etc. y que sean conocidas y valoradas por todos los que visiten la página.

* Sometimiento a referendum de las leyes cuando lo pida un porcentaje suficiente (podría ser el 40%) de la cámara.

* Endurecimiento de las leyes contra la corrupción. Nadie que sea  condenado en firme podrá volver NUNCA a la vida pública, ni como político ni como funcionario.

* Fin de todos los sueldos indemnizatorios, pensiones vitalicias, y dietas sin justificar, incluyendo los de los ministros, presidente de gobierno, etc.

* Todos los políticos cotizarían y recibirían prestaciones sanitarias y de pensiones del sistema público en igualdad de condiciones que cualquier ciudadano. (Actualmente no ocurre: tienen un sistema propio de sanidad y pensiones mucho mejor que los demás).

* Cualquier político o funcionario que abandone la vida pública deberá dejar transcurrir al menos CINCO AÑOS antes de aceptar un puesto en el sector privado que tenga alguna relación, incluso lejana, con las responsabilidades que ostentó en la vida pública. Estoy pensando en ministros del gobierno central y altos consejeros de las autonomías que hayan legislado o resuelto sobre ciertas materias: no podrían ejercer ni como autónomos ni como asalariados, consejeros, asesores, etc. de empresas o grupos que tengan intereses en esas materias.

Esta medida intenta desvincular su actividad pública de cualquier "agradecimiento" en forma de puesto de trabajo (real o aparente) en alguna de esas empresas (hay numerosos casos conocidos). O de un posible asesoramiento como profesional autónomo sobre materias de las que ha tenido conocimiento privilegiado por su posición de alto cargo en la Administración.

* Protección de consumidores y empresas contra publicidad incontrolada: lista robinson oficial y de obligada consulta y cumplimiento por parte de las empresas que usen la publicidad nominativa. Esa lista sería también de obligado cumplimiento para los partidos políticos, sindicatos, asociaciones, etc.


En las elecciones locales (además de lo que sea aplicable de lo dicho antes para las generales):

 * Los concejales deberían tener dedicación exclusiva al puesto en las poblaciones de cierta entidad (más de 20.000 habitantes, por ejemplo). En otras ciudades o poblaciones, una media dedicación (4 horas al día). Todo ello adecuadamente pagado con relación a la responsabilidad que ostentan.

Espero que esto sirva para que no se dediquen a ser concejales aquellos que tienen otros trabajos que atender y por ello no se miran los expedientes ni se preparan los temas con la debida dedicación, con el resultado de que votan cualquier cosa que les ponen delante, usando como excusa a los "técnicos" que firman o elaboran los informes (funcionarios que pueden mentir como bellacos o tergiversar hábilmente las cosas para que favorezcan determinada posición o interés privado). Esto está pasando cada día en todas las ciudades de España.



Seguro que hay muchas más medidas que son necesarias. Esto son sólo unos apuntes rápidos.

Que cada uno vote lo que quiera. Yo no voy a votar a los más conocidos. Y a los desconocidos... tal vez tampoco.

Acepto estudiar propuestas que deberíamos exigir a todos los partidos tanto con opciones de gobernar como sin ellas. Las que más me gusten, entre los comentarios que aparezcan, iré añadiéndolas a la lista.

domingo, 15 de noviembre de 2015

París sufre el terrorismo

Los recientes y terroríficos actos de barbarie sucedidos en París el viernes noche, trece de noviembre me han traído ciertos recuerdos de cuando yo era niño.

Aunque no es el tema de esta entrada, no me resisto a mencionar las numerosas coincidencias que puede parecer que se han dado en estos atentados. Bueno, parecen coincidencias, pero no creo que lo sean.

Que hayan ocurrido un viernes y trece de noviembre, el mes de los muertos, creo que ha sido elegido deliberadamente por los terroristas dado su significado simbólico. En la superstición anglosajona los viernes trece son días malditos, en los que cualquier desgracia puede ocurrir (en España es el martes y trece). Esa cultura o mentalidad popular, por así decirlo, se ha extendido por todo Occidente a través del cine y de películas famosas como "Viernes Trece", de la cual hay varias entregas, si mal no recuerdo.

Tampoco creo que sea casual el que hayan elegido la sala Bataclán, donde actuaba el grupo Eagles of Death Metal (grupo "metal" Águilas de la Muerte).

Faltan saber todavía muchos detalles de los sangrientos sucesos pero alguno ya se sabe.

Pero, a donde yo quería ir con este resultado es a otra conclusión (sigo mañana).

viernes, 2 de octubre de 2015

Jornadas de 6 horas

Me ha gustado esta noticia, algo que ya he pensado yo algunas veces: el turno de 6 horas. Hay mano de obra en exceso. Incluso aunque cobremos menos, sería interesante por la mejora de nuestra calidad de vida.

Una jornada de 24 horas se cubriría con cuatro turnos de 6 horas en vez de tres turnos de 8 horas.

El problema es que para los empresarios supone más gastos administrativos: más papeleo, más nóminas, más control de permisos, vacaciones, bajas,...

Pero un empresario inteligente, en mi opinión, preferiría estos horarios de 6 horas para sus empleados, incluso si eso le supone una mayor complejidad administrativa. Las ventajas para todos son evidentes.

(Fuente: Yahoo finanzas, 2/10/2015)

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Suecia se está pasando a la jornada laboral de 6 horas (y todos deberíamos hacer lo mismo)

En España cada vez trabajamos más horas y cobramos menos. Pero otros países europeos siguen el camino opuesto, y no les va nada mal. Como por ejemplo Suecia, en donde la jornada laboral de 6 horas se está popularizando.

Una de las empresas que ha decidido apostar por esta medida es Filimundus, una desarrolladora de apps para móviles. Su presidente, Linus Feldt, explica a Fast Company  que “la jornada de 8 horas no es tan efectiva como la gente cree. Estar centrado en una sola tarea tanto tiempo es un enorme desafío. Por eso mezclamos descansos con trabajo, para equilibrar las cosas. Pero al mismo tiempo queremos pasar más tiempo con nuestras familias o aprender más cosas o hacer ejercicio. Por eso elegimos la jornada de 6 horas, para ver si un trabajador de verdad podía cumplir sus deseos”.  La única normas que deben seguir los empleados de Filimundus es la de no conectarse a redes sociales en horas de trabajo.



Tras unos meses de pruebas, Feldt asegura que la reducción ha sido una buena idea: “Ahora nos podemos centrar de manera más intensa en el trabajo que debemos sacar adelante, y además todavía tienes energía al salir de la oficina”.

En el país escandinavo no solo las empresas privadas pueden optar por este cambio. También algunos empleados públicos están probando a trabajar 6 horas, como las enfermeras de un centro de mayores de Gotemburgo. A ellas se les mantuvo el mismo salario, y los resultados fueron destacables: el trato y el cuidado a los pacientes mejoró, haciéndose más personalizado y agradable. Además, la decisión ha creado 14 puestos de trabajo, ya que las horas ‘perdidas’ han de ser cubiertas por nuevos empleados.

Lecciones suecas

Tanto en la empresa privada como en la pública, los beneficios de trabajar de 9 a 15 horas serían los siguientes:

-Mejora de la productividad: una de las grandes críticas de la patronal española es que los trabajadores de nuestro país pasan mucho tiempo en la ofician pero no cumplen con sus obligaciones laborales. Al reducir el tiempo de estancia en el lugar de trabajo, se estaría obligando a los empleados a trabajar más en menos tiempo, por lo que los descansos y las distracciones no serían tan habituales.

-Desaparición de la hora punta. La jornada de 6 horas haría que las empresas tuvieran que crear dos turnos: uno de 9 a 15 y otro de 15 a 21. De esta forma los atascos y los problemas en el transporte público no serían tan habituales, ya que el flujo de personas hacia sus trabajos se repartiría a lo largo del día.

-Mejoras en la calidad de vida. Con más tiempo para pasar en familia, para estudiar, para hacer ejercicio o para dedicar al ocio, la felicidad de los trabajadores aumentaría exponencialmente. Además, problemas como el fracaso escolar podrían mitigarse ya que los padres dispondrían de más tiempo para estar con sus hijos, ayudarles en las tareas  y estar más pendientes de ellos.

-Menos problemas de salud. El descanso, la relajación y la felicidad son tres factores que mejoran el sistema inmunitario y, por tanto, nos protegen de las enfermedades. El absentismo y las bajas por temas de salud no serían tan habituales.