domingo, 9 de noviembre de 2008

La silla de Zapatero en el G-20

Zapatero lleva unas semanas como alma en pena buscando que le inviten a la cumbre del G-20 donde, presuntamente, se va a "refundar el capitalismo" (pomposo nombre para una misión que no creo yo que cambie mucho las cosas de como estaban antes).

Hoy he oído la noticia de que ya ha conseguido una silla en esa reunión. Francia le cederá la suya porque Sarkozy irá en calidad de presidente de turno de la Unión Europea. Puesto que esta posibilidad de jugar con las sillas ya se había comentado hace tiempo, parece que ha habido maniobras diplomáticas entre bastidores y, por fin, los Estados Unidos, convocantes de la cumbre, han dado su "placet". No sabemos qué se ha cocido entre bambalinas, pero no creo que esta silla de Zapatero en el G-20 nos vaya a salir gratis.

Todo esto viene al hilo de una foto que encontré en un periódico, en la que se ve claramente que Zapatero se mantuvo sentado en la silla al paso de la bandera de EE.UU. No puedo decir nada de las otras (¿se mantuvo de pie o sentado?). La pongo aquí porque, aunque muy comentada la situación, yo nunca había llegado a ver la imagen.

Debido a esta actitud de Zapatero, que aún estaba en la oposición, Bush no le ha hecho el mínimo caso a nivel de Jefes de Estado. Desde entonces lleva 5 años mendigando una foto con Bush. No se quiso poner entonces de pie y ahora anda a rastras esperando unas migajas de la mesa del G-20. Bueno, parece que se ha arrastrado lo suficiente como para que le den el sitio.

Volviendo al tema de la reunión del G-20, mi opinión es que no va a servir para cambiar muchas cosas. Más o menos concluirán que hacen falta mecanismos de control, los mismos que había antes (y que Bush desactivó en los EE.UU, extendiendo la crisis actual como fichas de dominó que se empujan unas a otras) y tal vez alguno más.

Aprovecharán para crear algún nuevo organismo "de control" internacional, que vendrá a sumarse a los que ya hay (OMC, FMI, Banco Mundial, Reserva Nacional de los EE.UU., Banco Europeo, etc.) y se solapará con casi todos. Más funcionarios de alto rango con igualmente altos sueldos, altos estilos de vida -y no sólo por lo que volarán a costa del contribuyente-, comprando caros vehículos y viviendas, etc. (Todo esto son conjeturas mías, pero juguemos a ver si acierto).

Y al final, los mileuristas, y los que no llegan ni a ese nivel, seguiremos viviendo apretados para poder comer todo el mes (el que pueda), pagando los artículos no por un valor razonable sino especulativo, como en el caso de las hipotecas, pero no sólo en este caso. Y esto nos convertirá en seres fácilmente manipulables, porque no podremos estar bien informados. El trajín de la vida no nos deja tiempo para cultivar el espíritu. Somos vulnerables a lo que los mandamases -grandes empresas, políticos, periodistas- quieran hacer de nosotros. Si toman medidas que nos perjudican, no podemos salir a la calle a protestar, porque no podemos perder ese tiempo que tenemos justo para ir a hacer la compra, ya que no podemos hacerla durante la semana.

Eso, por no hablar de las miríadas de pueblos y gentes que siguen sin despegar de su pobreza mientras sus recursos naturales son expoliados para el Primer Mundo a través de guerras, dictadores, empresarios sin escrúpulos, incultura y hambre. Millones de ellos seguirán muriendo por enfermedades que ya no se conocen en Occidente, por falta de agua potable, por inanición.

No creo que la prometida reunión del G-20 resuelva nada de esto.

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