miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Existen las señales?

Dice Paulo Coelho en su obra "El Nazhir" que el hombre recibe "señales" del destino que le quieren decir algo y que le sirven de guía en la vida si sabe descifrar esas señales. Puede ser.

Si eso es cierto, yo he recibo una señal importante estos días, aunque no sé cómo interpretarla: un compañero de trabajo ha fallecido en su puesto.

Debido a nuestro tipo de trabajo, los compañeros nos vemos poco, ya que no tenemos un lugar común donde llevar a cabo nuestras obligaciones laborales. Así que a este hombre hacía bastante que no le veía. Tampoco era una persona con la que tuviera amistad ni casi siquiera relación profesional. Nos conocíamos del trabajo, habíamos hablado alguna vez y me parecía una buena persona. Tenía 44 años y buena salud, así que estoy convencido de que ha sido un accidente laboral (otra cosa es lo que diga la empresa, para evitar verse incursa en investigaciones, etc. si trascendiera que no es muerte natural).

Casualmente le ví la víspera de su muerte, por la calle. Era de día y casi nos rozamos hombro con hombro, pero él no me vió ni yo le saludé. ¿Por qué? No lo sé. Creo que tuve miedo de que me entretuviera hablando y yo no tenía ganas de enredarme en una conversación en ese momento. Además, iba con su esposa y creo que me dió pereza empezar con presentaciones, besos, saludos...

Al saber de su muerte, repentina, inesperada y extraña, por las circunstancias de su accidente, me he preguntado una y otra vez que porqué no le saludé aquél día, lo cual habría supuesto una especie de despedida. Y también me he preguntado si tiene algún significado el que yo le haya visto el día previo a su deceso. Creo que me siento algo culpable y escribirlo aquí me libera un poco de esa carga. No se lo he dicho a mis colegas de trabajo para no ser juzgado como mal compañero. Seguramente todo esto no es más que una coincidencia, pero si hay algo más allá, me gustaría verlo.

Hoy, dos días después del fallecimiento, le hemos enterrado. Todo rápido, todo inmediato. Así es esta sociedad. Casi no hay tiempo ni para reflexionar.

¿Por qué no te saludé el otro día, Julio? Si estás en algún Más Allá, sé que no le darás importancia a estas cosas, porque de hecho no la tienen. Sé que me perdonarás no haberte saludado al pasar.

Julio, eras una buena persona. Descansa en paz y paz también para tu viuda y tus hijos. De corazón.

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