lunes, 26 de mayo de 2008

Primera Comunión

Ya estamos de regreso. Se acabaron las primeras comuniones (PC) por este año.

Lo bueno de las primeras comuniones es que te reúnes con la familia y te sueles encontrar con parientes a los que no veías hace mucho tiempo (a veces, desde la última PC) y así se renuevan y refrescan los lazos. Otra cosa buena suele ser el banquete. Esto es bueno para los invitados, porque para los que pagan... ¡es un atraco!.

Lo malo de las PC es... todo lo demás.

A ver...

...si eres el que invita, la comida te sale por un ojo de la cara. Si vas a un restaurante a reservar para ese día y dices que es para una PC, el mismo menú de cualquier otro día te lo multiplican por dos o por tres. ¿Porquéeeee??? ¡Si sólo queremos una comida sencillita...! Pues no. Hay que hacer un comilón y pagarlo a precio de oro. Así que mejor dices que es una comida familiar y que el niño no vaya vestido de PC (cambiándole de ropa convenientemente antes de llegar al restaurante, por ejemplo).

...tienes que arreglarte como si fuera una boda, pero no lo es. (Bueno, la gente ya no se arregla tanto para este acontecimiento social).

...si la comunión es fuera de tu ciudad, tienes que preparar el viaje y luego realizarlo. Además, tienes que salir pronto porque, si no, es posible que llegues al humo de las velas. Eso supone madrugar porque, como decía, además hay que ir arreglados y eso lleva algún tiempo (sobre todo si además tienes que arreglar a varios niños). El viaje de ida se hace ameno con la emoción del día que confías sea especial. Pero al regreso vuelves atiborrado, cansado y con sueño por haber madrugado. ¡Ojo a los accidentes! ¡Ni se te ocurra conducir bajo los efectos del alcohol!

...anteriormente habrás comprado el regalo para el comulgando, lo cual supone no sólo el gasto sino además romperte la cabeza en pensar qué puede gustarle. Los niños ahora tienen de todo y si les preguntas te pedirán auténticos caprichos que ni necesitan ni les convienen. Lo más probable es que te pidan una videoconsola y yo, a eso, ¡me niego!.

...si el tiempo no acompaña (como ha pasado hoy) tendrás que moverte rápido por la calle para no mojarte o pasar frío, aunque en esta época del año el frío no es problema por estas latitudes, pero sí la lluvia.

...la gente se pone a las fotos de mala gana y no hay paciencia para esperar al retrasado que siempre llega tarde (por eso dije retrasado).

...para llegar al banquete hay que recorrer la ciudad de extremo a extremo (el que paga busca lo mejor y más barato), con el consiguiente tráfico y, sobre todo, problema para aparcar.

...en el restaurante siempre hay que subir o bajar un montón de escaleras, que hacen las delicias de los abuelos y de los papás que llevan carritos de niños. Si hay alguien en silla de ruedas no habrá rampas y el ascensor estará averiado (auténtico: ha pasado hoy).

...si el banquete es una pasada, te das cuenta de que con el segundo o tercer plato ya no puedes más. Pero es que luego hay un cuarto y un quinto... y el postre. Está todo buenísimo y, si tienes un poco de conciencia social, te duele dejar nada en el plato pensando que va a ir a la basura... ¡y con la cantidad de gente que se muere de hambre...!. Así que te pones hasta las cartolas de comer. Y luego estás toda la tarde atiborrado. Esto también pasa en las bodas.

...esperemos que no te dé por beber. Suele abundar el vino pero si además te meten cava y licores, la mezcla puede ser explosiva. Todo lo que hayas comido tal vez ni te aproveche...

En fin, estas son las principales cosas de las que me he dado cuenta. Seguro que me dejo muchas. Y eso que estamos hablando de una PC donde las cosas salen bien. Porque si encima algo se tuerce, ni te cuento. Estoy pensando en el familiar pesado que se te pone al lado y te aburre toda la comida con sus historias, o en el que se emborracha y amarga la celebración al resto, o en que equivocan de menú en el restaurante, o en el fotógrafo aficionado que se olvida de poner película en la cámara (esto ya no pasa con las digitales), etc.

Y es que una PC siempre es un compromiso. Para los padres de la criatura, porque no quieren que se quede atrás en comparación con otros niños de su entorno y entonces tiran la casa por la ventana. No se dan cuenta de que están poniendo el listón más alto a los demás, y esto cada día es más oneroso, especialmente para las familias que tenemos varios hijos.

Si te invitan, el compromiso es ir para no hacer un feo al que invita. Si, además, el que invita ya acudió a la PC de un hijo tuyo, te sientes doblemente obligado a ir y aportar el consabido regalo al niño... Ir o no ir, esa es la cuestión.

Las PC deberían hacerse en la más estricta intimidad de la familia: padres y hermanos. Si acaso, los abuelos. Si el niño no tiene hermanos, invitar a algún primo de su edad o amiguito. Pero en casa, nada de restaurante. Una comida sencilla y un postre algo diferente a otros días. Algún regalito para el niño, pero nada abusivo para el bolsillo. Las cosas más sencillas son las más efectivas: algún libro, manualidades o juegos de mesa. Una Biblia, por ejemplo, de las que hay para niños, parece algo apropiado a la ocasión (y eso que hablo como no creyente, pero no por eso voy a evitar el conocimiento de estas escrituras a los niños, puesto que para eso hacen la PC).

Este tema de las PC hace ya mucho que se ha desmadrado. Es una ocasión para que fotógrafos, restaurantes y tiendas de regalos, entre otros, hagan negocio a costa de una cosa que debería ser sagrada, como es el recibir por primera vez el sacramento de la Comunión. A esto, ¿no se le llama simonía?. Por desgracia, los padres somos los primeros (y me incluyo, avergonzado) que alimentamos este engranaje de consumismo que nada tiene que ver con lo que religiosamente significa la ocasión. Si lo que queremos es hacer una reunión familiar, llamémosla así y dejemos que cada uno celebre las que quiera o pueda. Pero si la disfrazamos de PC, estaremos obligando a muchas familias a un gran esfuerzo para que sus hijos "no se queden atrás" en fastos, comparados con otros niños, llegado el momento.

Mea culpa.

No hay comentarios: