sábado, 3 de mayo de 2008

EpC, Julia Otero y Fernando Savater

Creo que fue el jueves pasado. Lo oí en la radio. Julia Otero (Onda Cero) entrevistaba a Fernando Savater. Capté la emisora cuando la entrevista ya había empezado, así que no puedo decir mucho sobre el inicio de la misma. Cuando yo empecé a escuchar, Savater estaba hablando sobre la reciente noticia de un pederasta austriaco que tuvo secuestrada a su propia hija durante 24 años, violándola y dejándola embarazada siete veces, de donde nacieron siete niños, uno de los cuales murió al poco tiempo. Los tenía retenidos en un sótano de 1,70 m de altura y unos 60 m2. La noticia no puede ser más escabrosa y terrorífica. Savater nombraba a este hombre como "monstruo" y, ciertamente, parece un calificativo bastante acertado.

Hasta ahí, parecía que todo iba bien.

Pero, de pronto, y sin venir a cuento, -o quizá ya estaba pactado de antemano- la Otero le pregunta sobre su opinión respecto a la asignatura "Educación para la ciudadanía". Obviamente, Savater mostró su apoyo a la asignatura, no tanto defendiendo sus contenidos como acusando a los detractores, tachándoles de integristas y sugiriendo que era la Iglesia la que se oponía a esta asignatura. A todos los que nos oponemos a esa asignatura nos llamó casi de todo. Su argumento principal era que los padres no eran los únicos educadores de los niños y que los demás, puesto que "sufren" a los niños ajenos, también tienen derecho a decidir cómo se les debe educar. ¿Cómo puede un padre arrogarse el derecho a formar la mentalidad de un niño simplemente porque es su padre? ¿Y si tu padre es el "monstruo" del que habían hablado antes? ¿Te tienes que conformar? (cuando mencionó el "monstruo" en este contexto me dí cuenta de que probablemente esa entrevista estaba pactada, o al menos la Otero -o quien le prepare los programas- buscó la relación entre los temas, y que no era casual que ambos temas hubieran ido de la mano). Para Savater, el hecho de que estuviéramos en una democracia, ya justificaba que el Estado interviniera en la educación moral de los niños, dando a entender que esa interferencia siempre será positiva por provenir de un estado democrático.

Julia Otero acabó comentando que, aunque sus opiniones seguramente habrían creado controversia entre los oyentes, a ella "le había parecido bien" todo lo manifestado por él.

Pues bien, señor Savater, quiero decirle que, aunque a mí no me van a prestar los micrófonos de Onda Cero ni tengo la oratoria de usted, en primer lugar yo no soy católico ni mucho menos practicante. Si coincido en este tema con la Iglesia es meramente accidental. Me opongo a la citada asignatura porque la manipulación de las conciencias por parte de los poderes me parece muy peligrosa. Y no importa si el poder corresponde a una democracia o a una dictadura. Sencillamente: NO ME FÍO DEL PODER, sea éste del signo que sea. También el partido Nazi ascendió al poder utilizando los resortes de una democracia y ya hemos visto en qué acabó. Por cierto, ellos usaron muy bien el control mental (y luego físico) de las masas.

Por higiene social y política, creo que es mejor que en cuestiones morales haya disparidad de criterios, porque eso crea un cierto contrapeso entre distintos sectores que puede ser muy saludable, a la vez que enriquecedor. La uniformidad de pensamiento es peligrosa, nos puede convertir en clónicos mentales, y hace que los que no se ajustan al "pensamiento oficial" sufran la discriminación y la opresión del poder constituído. En una democracia sana, no ajustarse al pensamiento más abundante produce rechazo y puede llegar a la discriminación del libre pensador por parte de otros ciudadanos, pero el poder público le defenderá en su derecho a expresarse libremente y garantizará sus restantes derechos. Esto no es previsible que ocurra cuando el pensamiento único se instala en la cúpula del poder y se propaga a las conciencias menos críticas, las de los niños, a través de las leyes emanadas de él, especialmente las relativas a la enseñanza. Cuando esa degeneración del poder ocurre, las leyes se hacen deliberadamente opresoras para castigar al díscolo, al que no se ajusta al patrón dominante, todo ello envuelto en una cobertura de legalidad y buenas intenciones, puesto que proviene de poderes supuestamente "democráticos".

Señor Savater, actualmente Estados Unidos es la mayor democracia del mundo (nos guste o no) y a pesar de esto se cometen numerosos abusos y hasta atrocidades (Guantánamo, cárceles secretas, guerras provocadas, guerrillas financiadas, etc.), justificadas "en favor de la libertad" y del bien común, en favor de ese modelo de sociedad y de la "seguridad nacional". ¿Cree usted que EE.UU. sería menos peligrosa si existiera una uniformidad de pensamiento? Yo, sinceramente, NO.

No olvidemos que el GAL, la corrupción, el aborto, el apoyo a la guerra de Irak, etc. han surgido de la clase política en la España de la democracia. La mayoría de aquellos políticos que consintieron esas perversiones siguen en activo. ¿Van ellos a decir a nuestros hijos lo que está bien y lo que está mal? Porque se trata de eso. Por el nombre dado a la asignatura, la gente cree que sirve para decir a los chicos que tienen que ceder el asiento en el autobús, no eructar en público, decir "gracias" y cosas por el estilo. PERO NO. Es un verdadero CATECISMO civil de acciones que se valoran como BUENAS o MALAS moralmente, a criterio de los políticos y altos funcionarios que han parido el engendro. Próximamente pondré algunas imágenes y textos extraídos de diversos libros de EpC que ya están en manos de los alumnos de algunas comunidades autónomas. ¡ES PARA ECHARSE A TEMBLAR!

En cuanto a lo del "monstruo" austriaco, decirle que es una excepción que usted, sr. Savater, quiere hacer pasar por norma. Y los niños criados bajo una situación monstruosa como esa pueden adaptarse para sobrevivir, pero no tienen porqué considerar que esa es una buena situación ni aceptar la moral de un ser depravado que les oprime. El problema de esos niños nacidos y criados en la clandestinidad no es que no hayan tenido "Educación para la Ciudadanía", sino que simplemente han tenido la mala suerte de nacer en la guarida de un monstruo.

Y además, ¿cree usted que monstruos como ése no podrían surgir en una idílica sociedad donde se impartiera EpC? Yo, sinceramente, SÍ. Es más, me temo que esos monstruos estarían en el poder y ejercerían su violencia desde arriba, haciendo mucho más daño que si fueran casos aislados como éste. (A este respecto, no olvidemos el tema del aborto, que es ampliamente aceptado en los países occidentales "democráticos", para mí y otra mucha gente constituye un genocidio. También recordemos los casos que he mencionado antes del GAL, corrupción, etc.).

Stalin quería la homogeneidad de pensamiento en la U.R.S.S. y eso llevó a la cárcel y al exterminio a millones de seres humanos. Como él, ha habido numerosos casos en todo el mundo, la mayoría bien documentados. Se podrá alegar que han sido casos bajo dictaduras, pero no siempre eso es cierto. La uniformidad que no nace espontáneamente del respeto mutuo entre los ciudadanos de a pie es más peligrosa que la discrepancia misma, cuando esta se mueve simplemente en el terreno de los conceptos.

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