viernes, 5 de septiembre de 2008

¿Sueldos machistas?

Ya me sentía un poco harto de oír siempre la misma cantinela de los medios: que los hombres ganan más que las mujeres «por el mismo trabajo». Pues no sé dónde será, porque en la Administración Pública eso es imposible, y en las medianas y grandes empresas no lo permiten ni los convenios ni los sindicatos. ¿Entonces? Las feministas, aliadas con los medios (tan acríticos como siempre con lo que les llega a la redacción), nos están vendiendo la burra.

Menos mal que hay personas que ponen freno a estas mentiras y en este caso me alegra especialmente que sea una mujer la que pone el dedo en la llaga. Y no una periodista cualquiera, sino toda una profesora de la Universidad del País Vasco (UPV): Edurne Uriarte.

No he podido evitar escanear el artículo que escribe en la revista "Mujer de Hoy" para traerlo a mi blog. Ya sabéis, los que me leéis, que me encanta lo «políticamente incorrecto». Y este artículo lo es.

El artículo es un poco antiguo (de octubre de 2007) pero sigue estando perfectamente fresco a día de hoy.

¿SUELDOS MACHISTAS?

HACE NO TANTO TIEMPO,
la discriminación de las mujeres no existía oficialmente. Ni se reconocía ni lo denunciaba casi nadie y a las feministas las consideraban unas extremistas y unas excéntricas por hacerlo. Ahora, hemos pasado al otro extremo. En algunos asuntos, al menos. Se denuncia discriminación allí donde no existe, y, además, todo el mundo se queda encantado.

ME REFIERO A LAS INTERPRETACIONES de las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Un medio de comunicación incluso las llamaba sueldos machistas. Y otros muchos hacían la misma lectura sin la más remota conciencia de las implicaciones de lo que estaban diciendo. Se referían a los datos del Ministerio de Hacienda, según los cuales, los hombres españoles cobran, de media, 19.314 euros, y las mujeres, 13.497. Y a las estadísticas de la Unión Europea, que muestran una brecha salarial a favor de los hombres en todos los países europeos.

PARA PODER AFIRMAR, sin embargo, que los sueldos son machistas o que esos datos demuestran discriminación, tendríamos que poder demostrar, a su vez, que hay un distinto salario por el mismo trabajo. Que las mujeres cobran menos por la misma ocupación. Y hasta el comisario europeo de la materia, que sugiere discriminación indirecta, ha afirmado que eso no es así. Es decir, lo que ocurre es que ellas ocupan los empleos a tiempo parcial en mayor proporción, acceden a trabajos peor pagados o renuncian a la competición por los ascensos. Las generaciones mayores, claramente. Pero también las más jóvenes. Son ellas las que aún priman la maternidad frente al ascenso profesional. o eligen preferentemente el trabajo a tiempo parcial.

LLAMARLE A ESO DISCRIMINACIÓN salarial es una sorprendente tergiversación de los datos. Si lo fuera, los tribunales estarían saturados de demandas. Y no lo están. Ni siquiera hay una movilización feminista porque también la discriminación indirecta es discutible. Las condiciones sociales y laborales europeas son ya tan abiertas para
las mujeres como para los hombres. El dilema femenino es propiamente suyo, o de la pareja, pero no del mercado laboral. Es la opción entre la maternidad, el hogar, la pareja o la plena inmersión en el mercado laboral, con los mismos planteamientos y objetivos que ellos. Y esa pelota está ahora en el tejado de las propias mujeres.

Edurne Uriarte

[Publicado en "Mujer de Hoy" del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2007]

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