viernes, 13 de junio de 2008

Un alemán en Baleares

Un empresario alemán, Joachim Hunold, director de una compañía aérea que hace escala en Mallorca, ha escrito un ácido editorial en la revista (publicación interna) de su compañía sobre España y la proliferación de lenguas regionales (catalán, vasco, gallego...). La raíz de ese tema es que el "Govern" balear le ha reclamado por escrito que sus azafatas hablen en catalán cuando sus aviones viajen a o desde la isla. El alemán dice que "el español ya no es lengua oficial en Baleares" y avisa de que este país (o lo que sea) se está volviendo a convertir en un conjunto de estados medievales.

COMENTARIO: es curioso que tenga que venir un alemán a decirnos lo que es evidente para cualquiera con dos dedos de frente, pero que la corrección política no deja decir: somos tan tontos que nos estamos dejamos corroer el país por cuatro partidillos nacionalistas que, bisagreando aquí y untando allá, han llegado a tener un excesivo poder en los respectivos gobiernos regionales. Desde ese poder, que por matemática electoral no les corresponde, están imponiendo esas lenguas vernáculas -muy respetables, no lo dudo- a una mayoría que prefiere expresarse en castellano. En otras palabras, es curioso que tenga que venir alguien de fuera a decirnos lo tontos que somos esa mayoría que se deja manejar por esas minorías.

O, como decía Jesucristo, nadie es profeta en su tierra.

CUENTO INFANTIL QUE, EN ESPAÑA, ES UNA ALEGORÍA

Érase una vez un rey al que le ofrecen, unos supuestos sastres, en realidad estafadores, hacerle un traje tan riquísimo de encajes y tan maravilloso en su diseño y elaboración que sólo los idiotas no podrían verlo. La principal condición es que nadie les vea trabajar hasta que lo hayan acabado. Y trabajarán en el palacio, por supuesto. Para su obra piden contínuamente al soberano oro y todo tipo de metales y piedras preciosas, así como dinero en abundancia para pagar su trabajo. El soberano acepta y después de que los supuestos sastres viven seis meses en el palacio "a cuerpo de rey", le hacen entrega al soberano de su traje. Le recuerdan que sólo los imbéciles y similares serán incapaces de ver el traje. Entonces le hacen pasar a la sala donde trabajan y, con gestos desmesurados y pomposos, ejecutan el paripé de vestir a su majestad. El soberano, como todos los que en ese momento le rodean, se da cuenta de que no pueden ver el traje, pero no dice nada para que no le tomen por tonto, y lo mismo hacen los cortesanos. Por el contrario, todos se deshacen en halagos hacia el pretendido traje, aunque el rey sale en ropa interior de la sala de los falsos modistos. Complacido por los halagos, el rey propone hacer una demostración pública de su buen gusto ante los súbditos, para lo cual encarga organizar un desfile por la ciudad a la mayor brevedad posible. Entre tanto, los sastres cobran su finiquito y salen apresuradamente de las tierras del soberano.

Entre la población se ha corrido ya la noticia de que el soberano saldrá en cabalgata para que todos vean el maravilloso traje, y que sólo los estólidos no podrán verlo.

Avergonzados por no poder ver el traje cuando pasa el monarca, los súbditos siguen con la versión oficial y los halagos de los cortesanos, expresando también ellos en alta voz su admiración por los ropajes del soberano, como si fueran realmente de oro fino engastado en diamantes. Nadie quiere que le tomen por tonto y todos siguen con la simulación de sus verdaderas sensaciones, aunque todos ven realmente lo mismo: al soberano montando a caballo en paños menores.

Un niño que estaba en primera fila, al ver la imagen del rey con aquel atavío, exclamó: "¡Mira, papá, el rey va en calzoncillos!". El padre intenta acallar al niño, para evitar males mayores, pero éste grita cada vez más fuerte lo mismo: "¡¡El rey va en calzoncillos!!". Las personas de alrededor oyen al niño y le miran asombrados, sin saber bien qué decir. Hasta que uno de ellos, el más sensato, dice con voz bien fuerte: "¡Los niños siempre dicen la verdad! ¡Los niños siempre ven las cosas como son! ¡Es verdad, el rey va en calzoncillos!". Entonces los demás se le unen y comentan jocosamente lo que era evidente para todos: "¡¡...en calzoncillos...!!".

El rey, escuchando los comentarios, cae en la cuenta de que ha sido estafado. Acelera el paso del caballo hasta ponerlo al galope y seguido de una desordenada guardia real que casi no le alcanza, se dirige a palacio a toda velocidad. Allí entra hecho una furia y manda cortar la cabeza de los sastres, sin darse cuenta de que estos ya están fuera de su alcance y que, los que le estaban engañando, amén de los sastres, eran sus propios cortesanos que, en vez de asesorarle bien y decirle la verdad, por mantener sus privilegios en el palacio, prefirieron hacerse cómplices de los sastres y mentir sobre lo que realmente veían. ¿No debía haberles dado a estos también un "soberano" castigo???

INTERPRETACIÓN DE LA ALEGORÍA

El rey o soberano bien pudiera ser el pueblo español (en el cual reside la Soberanía, según la Constitución). Los cortesanos serían los políticos de los partidos nacionales que nos rigen. Los sastres, los políticos nacionalistas que se aprovechan de nuestra candidez y estupidez, así como de nuestra vanagloria (nos creemos más modernos por permitir que España se convierta en un reino de Taifas y otras conductas). Les hemos dado el mejor sitio de nuestra casa común (el palacio del cuento) poniéndoles al cargo de instituciones o gobiernos para los que no tenían representación suficiente. Y desde allí han tejido (o urdido, o tramado) otro "traje" para España. Un traje que no es tal, porque es simplemente dejarnos con las vergüenzas al aire. El niño es ése alemán que, ajeno a la corrección política española, no duda en decir lo que debería ser evidente para todos nosotros: los nacionalistas nos han desnudado y siguen haciéndolo. Nos sacan el dinero, nos engañan con el concepto de "nación" (el traje) y luego piden la independencia, es decir, se escapan como los sastres del cuento. Pero, ¿no deberíamos pedir cuentas también a los cortesanos, o sea, a aquellos partidos que les han estado facilitando durante más y más legislaturas que nos engañen?

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