Acuso recibo del escrito que ha dirigido al Presidente del Gobierno, donde expone su opinión sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Reciba un cordial saludo. José Enrique Serrano Martínez. Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
En fin, es una contestación de cortesía a un mensaje mío contra la ampliación de la Ley del aborto.
Es curioso lo sofistas que son los socialistas de este país. No dejan de jugar con las palabras para que digan lo que no dicen y, de paso, engañar al pueblo.
Por ejemplo, yo nunca usé la expresión "interrupción voluntaria del embarazo". Una interrupción es cuando algo se detiene o cambia de actividad para volver a retomar la misma una vez acabado el lapso de la interrupción. En el caso del embarazo no es posible la interrupción. Si se detiene la actividad (el crecimiento de un embrión o feto), el resultado es la finalización del proceso con el resultado de la muerte del nonato. Así que hablar de "interrupción" es radicalmente falso, con la clara intención de engañar al subconsciente colectivo. Ni siquiera se puede decir que es un eufemismo. Deberían decir "finalización brutal y provocada del embarazo": ahí ya estaríamos más cerca de la verdad, aunque la tragedia del embarazo no se puede resumir en cinco palabras.
Mi respuesta al gabinete del sr. Presidente:
Disculpe, no le he entendido bien. ¿Sugiere usted que el embarazo se puede interrumpir y luego volver a su proceso normal? En este mensaje sí que le expongo mi opinión sobre la "interrupción voluntaria del embarazo": no es posible tal cosa con la tecnología de hoy día.
Por eso, no creo que mi mensaje fuera sobre la "interrupción voluntaria del embarazo" sino lisa y llanamente sobre el aborto provocado que, como usted sabe, no es una "interrupción" sino una "finalización" brutal con resultado de muerte para el ser humano que estaba creciendo dentro de su madre.
Saludos,
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