martes, 26 de julio de 2011

Sobre el atentado en Noruega

Casi un centenar de jóvenes han sido asesinados por un monstruo en Noruega.

Este tipo es un monstruo, sí, pero un monstruo salido de nuestras cloacas. Las mismas cloacas por las que tiramos millones de niños asesinados antes de nacer. Y miramos para otra parte. Y no decimos ni mú.

Y si no ponemos fin a ese holocausto silencioso, vendrán otros monstruos como este o peores, a reclamar la vida de nuestros hijos, e incluso la nuestra misma.

Esta sociedad hipócrita asesina legalmente a sus propios infantes y luego se echa las manos a la cabeza porque alguien lo hace a título individual, siguiendo la misma filosofía de muerte que hemos consagrado en nuestras leyes.

Y termino con una canción (parte de ella) de Luis Eduardo Aute, que yo aplico a este caso, porque parece profética:

(...) Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.

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