sábado, 28 de noviembre de 2009

Siempre me ha escandalizado el sufrimiento del inocente, del indefenso. Por eso siempre que leo cosas como estas se me ponen los pelos de punta y me pregunto qué podría hacer para colaborar a disminuir el sufrimiento de los débiles.

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Niños, las víctimas olvidadas de la violencia de género

vie nov 27 15:02

Un niño de dos años llamaba a su madre "puta" porque creía que se llamaba así, su padre lo hacía. (Centro Residencial)

Este es uno de los testimonios más duros de los que incluye el informe Atención a los niños y niñas víctimas de la violencia de género publicado esta semana por la ONG Save the Children. El informe versa sobre los efectos de la violencia doméstica en los menores incluso cuando no son los directos destinatarios de ella, una circunstancia abordada sólo de forma parcial por la legislación y los mecanismos de protección y asistencia.

La condición de maltrato infantil sólo se suele reconocer cuando el menor ha sido receptor directo de abusos. Se pasa por alto el impacto que tiene en los hijos el ser testigos de una situación de violencia doméstica en el seno de la familia, y las secuelas permanentes que deja. "Ven y sufren a una madre maltratada, en vez de protectora. Ven y sufren a un padre maltratador, en vez de protector".

Save the Children enumera los siguientes trastornos:

Problemas de socialización: aislamiento, inseguridad, agresividad; Problemas de integración en la escuela y de concentración; Síntomas de estrés postraumático como insomnio, pesadillas, fobias...; Conductas regresivas; Síntomas depresivos; Alteraciones del desarrollo afectivo e interiorización de modelos violentos; Parentalización de los niños, asumiendo roles que no corresponden a su edad; y en algunos casos la misma muerte.

Uno de estos casos extremos, dramáticos puntos negros en la estadística anual, es la muerte de una niña de tres años en Santa Cruz de Tenerife tras presuntamente sufrir lesiones y quemaduras a manos del novio de su madre, ahora bajo custodia policial.

Pero es más difícil que se asuma que el crecer en un ambiente de violencia es una agresión hacia el niño de por sí.

El hecho de ver cómo su papá está agrediendo a su mamá es un menoscabo psíquico para los niños y niñas que está regulado perfectamente en el 153 del Código Penal (Profesional del ámbito policial)

Según Save the Children, 800.000 niños sufren esta situación en España.

Falta de concienciación institucional

Los niños y las niñas son percibidos como parte del problema de la mujer víctima de violencia de género. No existe una verdadera concepción de los niños y niñas como vícitimas individualizadas e independientes de sus madres, ni reciben la atención necesaria como tales.

Una de las mujeres entrevistadas describe cómo el hecho de denunciar a su marido por malos tratos supuso para su hijo recibir por parte de la policía prácticamente el mismo trato que el detenido.

Tras la denuncia, fue acompañada a un centro sanitario en tanto su hijo era trasladado en un vehículo policial junto con su padre, recibiendo el niño un contínuo aleccionamiento de un padre detenido y esposado sobre los motivos de su conducta; pasando con él a los calabozos de la comisaría, donde vió como el padre se quitaba sus cosas, incluídos su cinturón y cordones de los zapatos y se quedaba retenido allí; y siendo trasladado finalmente el niño, nuevamente en el vehículo policial y ya solo, a un centro de protección a la infancia que no tenía aviso de la situación.

La separación no pone fin al maltrato

Aunque se establezca la separación de los cónyuges como mecanismo para poner fin al maltrato doméstico, el hecho de que un juez imponga la custodia compartida puede significar que la violencia en su vertiente psíquica continúe con los propios niños como mediadores.

El padre sigue maltratando a la madre a través de los hijos e hijas y a la vez maltrata a los hijos e hijas con esta manipulación. Les dan información que no tendrían que tene, y el modelo de descontrol y agresión siguen viéndolo". (Programa de atencióna niños y niñas)

El principal problema que detecta Save the Children es la falta de sensibilización no sólo en las instituciones sino también en la sociedad española, que tiende a ignorar las condiciones de abuso hasta que no corre la sangre. E incluso entonces existe la reticencia a meterse "en cómo los demás educan a sus hijos", reforzada por los protocolos de intervención inadecuados para niños en esta circunstancias.

Se habla del daño que pueden hacer las películas violentas al menor, pero a tener un padre violento en casa no se le da la misma importancia. (Centro Residencial)

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