miércoles, 28 de octubre de 2009

Bowling for Columbine

El otro día estuve viendo la película documental "Bowling for Columbine" que fue dirigida y protagonizada por Michael Moore y trata sobre la violencia en los EE.UU. y la proliferación de armas en ese país.

Diréis que vaya películas más viejas veo... tenéis razón. No me importa reconocerlo. He estado muchos años sin ver cine de una forma sistemática, y ahora hay muchos títulos que me gustaría ver aunque ya no estén en los videoclubs.

Así que nadie espere encontrar en este blog mis opiniones sobre las películas más recientes. Para eso hay otros blogs y otros foros. Yo sólo puedo escribir de lo que he visto, aunque sea antiguo. Y no me importa.

Por supuesto, el precio de los cines me parece prohibitivo y no voy nunca. Así que si ciertos títulos no están en los videoclubs y a pesar de todo los he visto recientemente... algún malpensado creerá que me "bajo" títulos con eMule o similar. La verdad es que no hago descargas de películas por varias razones. La principal es que mi ancho de banda está muy limitado: sólo dispongo de 500 MB para navegar al mes (¡pero sólo pago 5 euros!). Apenas me dan para mirar el correo, las noticias y alguna información que ocasionalmente me interesa, o que me piden mis hijos.

No es que esté en contra de las descargas de películas: la propia Ley nos ampara desde el momento en que nos cobran un canon por cada soporte que compramos, sean DVDs, CDs, discos duros, memorias USB, cámaras de fotos o teléfonos móviles. Ya he dicho muchas veces que me parece anticonstitucional que actúen así, pero aún ningún movimiento cívico ha tenido la valentía de llevar el tema al Tribunal Constitucional. ¿Porqué digo anticonstitucional? Porque según el espíritu de nuestra Carta Magna, todo ciudadano es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Al aplicar el canon indiscriminadamente a todos los soportes, se está criminalizando a todos los consumidores de aparatos grabadores digitales. Pero a la vez, por esa misma regla de tres, se nos está exonerando de cualquier culpabilidad si grabamos documentos sometidos a derechos de autor (el canon se destina a compensar a la Sociedad General de Autores de España, SGAE). Dado que ya nos han cobrado por anticipado un canon (en realidad es un impuesto) al comprar un soporte digital, ya hemos pagado por la licencia para grabar en él cualquier fichero o película que nos podamos descargar de Internet o que nos pase un "colegui". Al menos, así lo veo yo. Si ya te cobran "por ser un pirata" (y no todos lo somos), ¿cómo te van a perseguir luego por actuar como tal?. No creo que ningún buen juez te pueda condenar si has pagado el canon al comprar tus soportes, y eso está garantizado porque en España se cobra por Ley.

Pero yo no quería hablar ahora de cánones ni de piratería.
Decía que vi recientemente esa película porque mi hijo la trajo de la biblioteca de la Universidad. ¡Sí! ¡Las bibliotecas están llenas de buenos títulos cinematográficos y muchos de ellos han pasado a ser clásicos del 7º arte! (por cierto, nos quieren cobrar también por sacar libros y discos de las bibliotecas... ¡ojo al dato!¡Habrá que luchar también contra eso!).

Otras películas -más recientes- las alquila un amigo en un videoclub y las vemos en su casa.

Como ya me he alargado mucho, simplemente añadir que me gustó. A pesar de ser un tema tan truculento, Moore consigue darle un tratamiento ameno y hasta divertido.

Una idea que se asoma en la cinta y que me interesa mucho es la Teoría del Miedo, de la que hablaré en otra entrada. Pero en resumen y como aperitivo, diré que la Teoría del Miedo pronostica que un pueblo o nación será más fácilmente gobernable (dócil) cuantos más miedos se le consigan inocular a sus componentes (los ciudadanos). Ese lado oscuro de la política es el que usó y abusó Bush durante sus legislaturas, aprovechando el miedo creado en la población con el 11-S. Sólo lo menciono a modo de ejemplo. Pero hablaré de otros casos más recientes.

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