lunes, 21 de diciembre de 2009

La cumbre de Copenhague

Vaya, parece que ha sido un fracaso la reunión de Copenhague sobre el cambio climático y las medidas a adoptar.

Bueno, no tengo mucha idea de lo que ha resultado, salvo algo que he leído en la prensa:

Fiasco y caos en Copenhage


Pero a pesar de todo, me atrevo a hacer algunos comentarios que se me ocurren al respecto:

* De la cumbre de Kioto (y otras anteriores) también se dijo que fue (fueron) un fracaso, y luego todo el mundo hablaba de Kioto como la panacea.

* Parece que las negociaciones principales se han desarrollado entre EE.UU. y China, y esto habría conducido a una rebaja en los objetivos finalmente pactados.

Sin embargo, Obama se presentaba a las elecciones como adalid del medio ambiente, pero ahora se ve que aquello era una pose, algo muy típico de los políticos. A la hora de la verdad, le ha pesado más el lado económico cortoplacista que una visión conservacionista a largo plazo que también habría tenido resultados económicos, además de los sociales y medioambientales.

Esto es una mancha negra en el expediente de Obama (aunque ya tiene otras).

* Soy de los que piensan que EE.UU. debería actuar como lider autoimponiéndose unos límites razonables de emisión de gases de efecto invernadero, que perfectamente podrían ser los de Kioto u otros actualizados. Esto significaría importantes inversiones en tecnología y en otras áreas (plantado de árboles, por ejemplo), pero daría a esta superpotencia la autoridad moral necesaria para pedir a otros países que sigan su ejemplo y su esfuerzo contra el cambio climático. Además, daría una ventaja tecnológica a EE.UU. (o a cualquier país que se arriesgue a avanzar aunque sea en solitario) que antes o después se rentabilizaría en valor económico. Pensemos, por ejemplo, la cantidad de dinero que se puede ahorrar un país si reduce su dependencia del petróleo generando energía a través de renovables. Al final, si se hace bien, se puede rentabilizar ese esfuerzo realizado en la dirección correcta. Como seguramente se rentabilizó en su momento el esfuerzo tecnológico que supuso llevar el hombre a la Luna. A través de mil pequeños desarrollos que tuvieron que hacer numerosas empresas contratistas y subcontratistas, EE.UU. entró en una época de dominio tecnológico mundial. Aunque aún se mantiene en primera posición debido a sus importantes inversiones en I+D+i, ya no está tan lejos de los demás países desarrollados, que venden muchos artículos tecnológicos a EE.UU. Pensemos, por ejemplo, en la Estación Orbital Internacional, a la que han contribuído, no sólo económicamente, muchos otros países occidentales y Japón. Eso demuestra que la distancia de EE.UU. con respecto a sus perseguidores ya no es tanta en la carrera de la tecnología.

España ha dado un gran impulso a las energías renovables en los últimos años, especialmente a la eólica y a la fotovoltaica. Por ahí deberíamos seguir, porque eso ha permitido que se desarrolle en nuestro suelo una industria pujante en esos sectores, que ahora venden sus productos incluso a EE.UU. Pero no nos durmamos en los laureles, que muchos países emergentes vienen pisando fuerte por detrás nuestro. Se deben mantener y ampliar los beneficios fiscales a la implantación de esas energías renovables porque, sí o sí, son el futuro, no sólo del medio ambiente, sino también de nuestra economía y de la economía mundial.

* Estoy concienciado con el tema del cambio climático y deseo que se hagan todos los esfuerzos necesarios para mantener el planeta en las condiciones actuales, que es a las que durante miles de años nos hemos adaptado como especie humana, pero también todas las especies que actualmente nos acompañan en el planeta. (Las especies que perdamos hoy no volverán, y se tardarán millones de años en que aparezcan otras que las reemplacen. Para entonces, seguramente ya no estaremos aquí como especie, o al menos como la especie que conocemos ahora. Si no nos espabilamos, moriremos de éxito, enterrados, eso sí, en nuestros propios residuos o asfixiados por nuestros propios gases).

Desde un punto de vista simplemente social, el cambio climático ocasionará grandes catástrofes humanitarias: lluvias torrenciales, tierras anegadas por el mar, cosechas devastadas, hambrunas, huracanes, escasez de agua potable, sequías, variaciones bruscas de clima local, etc. por sólo mencionar unas pocas. Sólo esto ya justifica que se tomen graves medidas a nivel internacional, para lo cual los políticos tienen que ponerse de acuerdo.

Pero me llama la atención la hipocresía que mostramos. Nos preocupa la muerte de cientos de miles o millones de personas debido a las consecuencias del cambio climático, es decir, de un posible, futuro, pero no seguro, calentamiento global (y soy de los que pienso que sí ocurrirá) pero no movemos un dedo en defensa de los millones de seres humanos que son defenestrados silenciosamente -y esto es seguro y actual- en las clínicas abortistas de nuestro Occidente.

¿Quién marca el orden de nuestros valores? ¿La prensa, mediante la repercusión que dé a unos temas y a otros? ¡Seamos consecuentes con nuestras ideas y críticos con aquellos que pretenden imponernos una moral hipócrita!

sábado, 19 de diciembre de 2009

Federico García Lorca no acudió a la cita

Otra notica digna de comentario (lástima de falta de tiempo):

NO HAN ENCONTRADO NI RASTRO DE LAS FOSAS COMUNES DE FEDERICO GARCÍA LORCA ni de los otros supuestamente asesinados con él, en el lugar donde todos decían que aparecería.

Aparte de otras consideraciones políticas sobre la conveniencia de estos desenterramientos, me pregunto quién va a pagar la factura de los exhaustivos trabajos allí realizados para nada. Al final, nosotros, los contribuyentes. Porque los políticos «tiran con pólvora del Rey» y no lo pagan de su bolsillo. Espero que ahora no se dediquen a perforar todo España buscando los restos del pobre Federico ni de sus desafortunados compañeros.

Lo más triste de todo esto no es el dinero que ha costado para nada. Lo más triste, creo yo, es que los progres querían ponerse una medalla desenterrando los huesos del poeta como un referente para ellos, es decir, apropiarse de la figura de este hombre desgarrado en vida y, parece ser, también en muerte. La buena noticia es que les ha salido mal la jugada, de momento.
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Culmina la excavación sin restos de Lorca y con pruebas de que nunca hubo fosas

Granada, 18 dic (EFE).- La excavación de los seis emplazamientos señalados como posibles fosas en el paraje de Alfacar donde algunas investigaciones situaban a Federico García Lorca ha culminado sin que se haya localizado ningún resto humano y con evidencias científicas de que "nunca hubo enterramientos en esa zona.

Culmina la excavación sin restos de Lorca y con pruebas de que nunca hubo fosas

Así lo ha revelado hoy la consejera andaluza de Justicia, Begoña Álvarez, en una rueda de prensa para presentar un avance del informe final de las excavaciones, que se iniciaron el pasado 29 de octubre.

Las evidencias científicas se sustentan en la distancia, de unos 40 centímetros, que hay entre la superficie de la zona explorada y la roca hallada en su momento durante las labores de excavación, que hace imposible la existencia en ese lugar de fosas porque lo normal es que éstas tengan un metro y medio de profundidad.

A eso se une el hecho de que no se ha hallado "ni un sólo hueso ni una esquirla", como tampoco casquillos de bala o restos de ropa, según la consejera, para quien el resultado de la excavación, realizado a petición de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada en nombre de familiares de algunos de los supuestamente fusilados junto a Lorca, "no es un fracaso", sino un "impulso" para seguir avanzando en la recuperación de la memoria.

La pretensión de la Junta de Andalucía, que atenderá otras peticiones de búsqueda de familiares o de las asociaciones cuando se trate de proyectos documentados y viables, es que la zona en la que se ha actuado, el Parque Federico García Lorca de Alfacar, siga siendo "un mito", porque, si no en esa zona en concreto, sí en sus proximidades se llevaron a cabo fusilamientos, según la consejera.

Con la intención de asociar ese lugar con "el arte y la vanguardia", la Junta ha anunciado que levantará allí una "instalación" vanguardista que hará "un artista de primera fila".

El paraje en el que se ha actuado fue declarado hace unos meses lugar apto para el enterramiento a instancias del Ayuntamiento de Alfacar, que considera que ya "no tiene sentido" esa denominación aunque la zona seguirá teniendo un significado especial.

Durante los trabajos de excavación, que culminaron el miércoles pasado, se ha rastreado una superficie de 267,75 metros cuadrados y se han extraído 75,76 metros cúbicos de sedimentos.

Francisco Carrión, que ha dirigido al equipo de cinco arqueólogos que ha llevado a cabo los trabajos de forma manual, ha dicho que "no se ha dejado escapar ni un solo gramo de información del sedimento".

El hecho de que la excavación haya concluido con evidencias científicas de que nunca hubo enterramientos en esa zona, invalida también la posibilidad de que hubiera desenterramientos.

Así lo ha indicado la consejera en alusión a las teorías que apuntan a que Lorca pudo ser enterrado y después desenterrado y trasladado a otro lugar para ocultar pruebas de su muerte.

La ausencia de hallazgos ha sido acogida con desilusión por familiares que solicitaron la búsqueda de sus parientes fusilados, como es el caso de Francisco Galadí, nieto del banderillero anarquista del mismo nombre, y de Nieves García Catalán, que fue acogida desde pequeña por la familia del también fusilado Dióscoro Galindo y que ha recibido la noticia como "un jarro de agua fría".

Para la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, la falta de hallazgos plantea "un reto" porque ahora debería retomarse a su juicio la investigación "desde cero".

La actuación de la Consejería de Justicia trataba de dar respuesta a las familias de los fusilados supuestamente junto a Lorca que solicitaron la búsqueda e identificación de los restos de sus parientes, lo que excluía a los del poeta, cuya familia se mostró contraria desde un principio a la apertura de la fosa.

La búsqueda sólo se ceñía por tanto a los restos de Galadí, el inspector Fermín Roldán, el restaurador Miguel Cobo y el también banderillero Joaquín Arcollas, cuya petición había sido cursada por la CGT como su "familia ideológica".

En la misma fosa común yacerían también el maestro republicano Dióscoro Galindo, si bien discrepancias en el seno de la familia llevaron a la Junta a no cursar finalmente su búsqueda e identificación.

«Chantaje en Vigo» de A. Pz. Reverte

Para tenerlo más a mano, he aquí el texto de Arturo Pérez Reverte al que me referí en mi publicado anterior:

CHANTAJE EN VIGO

Vigo. O sea, Galicia. España. Estado moderno –dicho sea lo de Estado con las cautelas oportunas–. Democracia constitucional con supuestos derechos y libertades de cada cual. En mi casa mando yo, resumiendo. Y mi amigo Manolo, que es un ingenuo y se lo cree, necesita cubrir un puesto de auditor. Es una oferta seria y bien remunerada. Así que publica un anuncio en la prensa local: «Se necesita auditor para empresa solvente». Y empieza el circo.

La cosa se encarna en inspectora de Trabajo y Asuntos Sociales, con todas sus letras. Hola, buenas, dice la pava. ¿Cómo es que solicitan ustedes un auditor, y no un auditor o una auditora? Mi amigo, que es hombre culto, conoce las normas de la Real Academia en particular y de la lengua española en general, y no trinca de la corrección política ni de la gilipollez pública, como otros, argumenta que auditor es masculino genérico, y que su uso con carácter neutro engloba el masculino y el femenino desde Cervantes a Vargas Llosa, más o menos. No añade, porque es chico educado y tampoco quiere broncas, que no es asunto suyo, ni de su empresa, que una pandilla de feminazis oportunistas, crecidas por el silencio de los borregos, la ignorancia nacional y la complicidad de una clase política prevaricadora y analfabeta, necesite justificar su negocio de subvenciones e influencias elevando la estupidez a la categoría de norma, y violentando a su conveniencia la lógica natural de un idioma que, aparte de ellas, hablan cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Olvidando, de paso, que la norma no se impone por decreto, sino que son el uso y la sabiduría de la propia lengua hablada y escrita los que crean esa norma; y que las academias, diccionarios, gramáticas y ortografías se limitan a registrar el hecho lingüístico, a fijarlo y a limpiarlo para su común conocimiento y mayor eficacia. Porque no es que, como afirman algunos tontos, las academias sean lentas y vayan detrás de la lengua de la calle. Es que su misión es precisamente ésa: ir detrás, recogiendo la ropa tirada por el suelo, haciendo inventario de ésta y ordenando los armarios.

Pero volvamos a Vigo. A los pocos días de la visita de la inspectora mentada, Manolo recibe un oficio, o diligencia, donde «se requiere a la empresa la subsanación de las ofertas vigentes y la realización de las futuras o bien en términos neutros, o bien referida simultáneamente a trabajadores de ambos sexos». Dicho en corto –aparte la ausencia de coma tras futuras y la falta de concordancia de referida–: o en el futuro pide auditor o auditora, con tres palabras en vez de una, en anuncios que se cobran precisamente por palabras, o deberá atenerse a las consecuencias. Y a mi amigo, claro, se lo llevan los diablos. «O es un chantaje feminista más –se lamenta–, o mi anuncio despista de verdad, y algunas mujeres ignorantes o estúpidas creen que no pueden optar a ese puesto de trabajo. Lo que sería aún más grave. Si lo que tanta idiotez de género ha conseguido es que, al final, una mujer crea que ofrecer un trabajo de auditor es sólo para hombres y no para ella, todo esto es una puñetera mierda.» Etcétera.

El caso es que, resuelto a defender su derecho de anunciarse en correcto castellano, Manolo se pone en contacto con los servicios jurídicos del Ministerio de Igualdad, donde una abogada razonable, competente y muy amable –lo hago constar para los efectos oportunos–, le dice que, con la ley de Igualdad en la mano, la inspectora de Vigo «puede haber creído detectar» discriminación en el anuncio, y que la empresa se expone a una sanción futura si no rectifica. «¿Entonces, la legalidad o ilegalidad de mi anuncio depende de la opinión particular de cualquier funcionario que lo lea, por encima de la Real Academia Española?», pregunta Manolo. «Más o menos», responde la abogada. «¿Y qué pasaría si yo recurriese legalmente, respaldado por informes periciales de lingüistas o académicos?», insiste mi amigo. «Pasaría –es la respuesta– que tal vez ganase usted. Pero eso dependería del juez.»

Es inútil añadir que, ante la perspectiva de un procedimiento judicial de incierto resultado, que iba a costarle más que las dos palabras suplementarias del anuncio, Manolo ha cedido al chantaje, y lo de auditor a secas se lo ha comido con patatas. «Auditor, auditora y auditoro con miembros y miembras», creo que pone ahora. Con mayúsculas. Tampoco está el patio para defensas numantinas. Esto es España, líder de Europa y pasmo de Occidente: el continuo disparate donde la razón vive indefensa y cualquier imbecilidad tiene su asiento. Como dice el pobre Manolo, «lo mismo voy a juicio, colega, me toca una juez feminista y encima me jode vivo». Intento consolarlo diciéndole que peor habría sido, en vez de auditor, necesitar otra cosa. Un albañil, por ejemplo. O albañila.

La policía del lenguaje políticamente correcto

He leído este artículo en El Semanal y recomiendo encarecidamente su lectura. Y no es que Reverte sea santo de mi devoción, no, que he estado años sin leerle porque me parecía que no era necesario un lenguaje tan soez para decir lo que tuviera a bien decir. El caso es que últimamente estoy volviendo a leerle, porque dice verdades como puños y creo, sinceramente, que ha moderado su lenguaje en lo que a palabras malsonantes se refiere. Y es que no las necesita. Su calidad literaria es eminente (según dicen) y los temas que toca tienen mondongo, así que no hace falta el vocabulario grosero para sacar los colores a cualquiera, y aunque esos cualquieras sean sobre todo políticos, que no les salen los colores ni aunque maten a su madre ellos mismos.

De aquí en adelante, supongo que mi sufrido lector habrá leído el artículo mencionado.

Pues bien, si yo fuera el atribulado empresario que es reconvenido por esa funcionaria, una vez tenido claro que ella no va a dar su brazo a torcer, creo que lo procedente sería pedirle que se identifique claramente (nombre y apellidos, cargo, etc.) así como a su jefe directo. A continuación le diría a la señora que, si tengo que poner el anuncio como ella me pide, pondré un texto debajo explicando cómo la Administración -mencionando el nombre de ella y el de su jefe, como autores materiales del hecho- me está extorsionando por razones ideológicas. Y si tengo que llegar a un juez porque me siguen persiguiendo, llegaré hasta él para decirle que lo he hecho en uso de la libertad de expresión, y que los actos de la Administración son públicos y que los funcionarios que los realizan tienen que ser responsables de que tales actos se ajustan a la Ley, por lo que no hay razón para ocultar la identidad de dichos funcionarios, que también deben estar sometidos al conocimiento y escrutinio público de sus actos. Y que, si tengo que ir a lo Contencioso-administrativo, también acudiré a la via penal contra ella y contra su jefe (por si éste tuviera alguna responsabilidad en la actuación de ella) por acoso a un ciudadano con abuso de poder. (Añado aquí que yo también seré algo ingenuo, pero la verdad es que creo que no hay tantas jueces -mujeres- feministas y creo que me tocaría una mujer sensata que valoraría correctamente mis argumentos, a diferencia de lo que parece pensar el empresario del que estamos hablando).

Porque la Administración tiene que estar al servicio del ciudadano, facilitarle las cosas, no complicárselas, y mucho menos desatar una persecución contra ciudadanos concretos por motivos puramente ideológicos (el feminismo no es más que una ideología totalitaria que se ha infiltrado en nuestras instituciones). Algo parecido está pasando en Cataluña con la exigencia a los empresarios de que usen exclusivamente el catalán en los letreros de sus empresas. ¿Qué es esto? ¿La Administración persiguiendo al ciudadano, que además la mantiene con sus impuestos? ¿Se están cumpliendo los peores presagios de la novela «1984»? (Es curioso que en esa novela aparezca el Ministerio de la Verdad, y aquí estemos sufriendo igualmente un terrorífico Ministerio de Igualdad. También predice los conceptos de neolengua, reescribir la historia, educación totalitaria, lavado de cerebro, etc. que están aplicando ZP y sus adláteres con bastante éxito).

¿No es increíble que la Administración pague a personas para revisar los anuncios de la prensa escrita a ver si son políticamente correctos? ¿En eso se gastan nuestros impuestos? ¿No hay cosas más importantes que hacer, más útiles para el ciudadano, más necesarias para todos? Desde luego, si vuelven a salir elegidos estos impresentables (los otros no me gustan tampoco pero son la alternativa), habrá que pensarse lo de marcharse de este país.

Si yo fuera ese empresario y finalmente cediera a publicar el mismo anuncio (u otro distinto) pero ya corregido al "estilo del talante", aprovecharía para desahogarme y poner, al pie del anuncio, además de lo dicho anteriormente, un mensaje personal para ZP:
«¡¡Zapatero, límpiate el culo con la p.... Ley de Igualdad!!!!!!!!!!»
Esto no es nada, comparado con las viñetas que se publicaron en El Jueves de los príncipes en un acto íntimo... ¿verdad, señor juez?.

Además añadiría algún texto explicando que, a partir de ahora, miraría de otra forma a las mujeres, y no precisamente «mejor». «Si usted (funcionaria) me exije que ponga "Auditor o auditora", ¿cree que luego voy a contratar a una auditora-mujer-mujer? ¡Que no, oiga, que voy a contratar a un hombre aunque sea el único y más caro de todas las ofertas que reciba...!!! ¿Pero no se dan cuenta de que están consiguiendo lo contrario de lo que se proponen??? ¡¡Ande, y que les den...!!».

Es curioso cómo este ZP, que presumía de aumentar las libertades, constantemente está recortando estas.

Recientemente, un conocido se quejaba de que ya no iban a poder fumar ni en los bares (futura ley sobre el tabaco en lugares públicos).

Hoy leo que en Cataluña, otra vez, gobernada por los socialistas, se están dando pasos para prohibir las corridas de toros.

Y no guardo memoria de cuántas cosas van ya...

(Yo, ni fumo ni me gustan lo toros. Pero detecto que ese tipo de cortapisas, aunque parecen pequeñas limitaciones, es lo que está cabreando a la gente).

Y así contínuamente: no saben impulsar nada positivo, sólo prohibir. (También en mi ciudad, que gobierna el PP, quieren prohibir que se escupa en las calles o que la gente pueda ofrecer libremente servicios en la calle a los transeúntes. ¿Acabaremos sin poder tirarnos pedos ni eructos? Mucho me temo que sí. En esta sociedad de lo políticamente correcto se puede asesinar a un bebé en la tripa de su mamá, pero no se puede escupir en un jardín. Así nos va.)

Creo que esta asfixia que se está ejerciendo sobre los ciudadanos -cada vez más leyes estúpidas, cada vez más exigencia de cumplimientos inútiles, cada vez más impuestos, etc.- es lo que va a desalojar más pronto que tarde al PSOE fuera del poder. A no ser que consigan engañar otra vez al rebaño con el truco de los 400 euros... «Ahora te los doy... ahora te los quito...».

Y, además, son leyes que parecen tener el único efecto de dividir a la ciudadanía: los catalanes, gallegos y vascos contra el resto de España, a las mujeres contra los hombres, los niños contra sus padres, los padres contra los colegios, etc.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Los intelectuales y el poder

Me pareció interesante leer en su día (este verano) el artículo del filósofo iraní Ramin Jahanbegloo. Lo tenía recortado para publicarlo y comentarlo algún día. Ese día ha llegado a este blog. Lo copio y pego a continuación, haciendo notar que lo marcado en negrita lo he destacado yo, por parecerme lo más significativo. Desde luego, el último párrafo es quizá la conclusión y, por tanto, lo más importante del artículo, a mi parecer.

Me llama la atención el hecho de la pérdida de valores absolutos (yo mismo he abandonado la fe en Dios aunque la mayoría de los valores cristianos que recibí en la Iglesia me siguen pareciendo muy válidos) está haciendo que los intelectuales se retiren de la crítica política. Por eso, el autor apela al heroísmo. Porque hay que ser un héroe para enfrentarse al poder cuando el poder se presenta como el de los nazis, el comunismo, la teocracia de Irán, o el de otras dictaduras que en el mundo son o han sido. Es decir, cuando la integridad física de uno mismo y de su familia está en peligro.

Criticar, cuando se está en democracia, como hago yo, es bastante fácil. Lo difícil es lo otro. Hay que tener un infinito amor a la Humanidad para ser un héroe en esas situaciones tan difíciles, si no te mueve un sentimiento religioso. Y, sinceramente, cada vez creo menos en los héroes "laicos". Me refiero a los héroes relativistas, a los que no creen en valores absolutos. Creo, cada vez más, en los héroes que basan su actuación en sus convicciones religiosas y no temen perder la vida porque esperan otra mejor. ¿Santos? Tal vez. Me estoy acordando de Sophie Scholl y de otros que he mencionado en el pasado en este blog. Ellos lucharon pacíficamente contra la opresión desde sus convicciones religiosas. A ella y a otros muchos les costó la vida. Pero nos han dejado su ejemplo. Ellos me inspiran y me animan a ser cada día mejor, más honesto conmigo mismo para serlo también con los demás. ¿Héroe? No creo que les llegase nunca ni a la altura de las suelas.

Y, por último, me pregunto que dónde está la crítica de los intelectuales a las leyes proabortistas que inundan Occidente. Creo sinceramente que una reflexión profunda sobre el tema -no basada en la religión- tiene que llevar a cualquier intelectual a aborrecer la legalización del aborto. Como dice Ramin Jahanbegloo, «...para los intelectuales comprometidos, la verdadera lucha no se limita a estar a favor o en contra de la política, sino que se trata sobre todo de una batalla en defensa de lo humanitario frente a lo inhumano.» Temo que, una vez más, el temor a ser acusados de "religiosos" si critican el abortismo ha hecho enmudecer a muchos filósofos e intelectuales que en su fuero interno lo cuestionan. De nuevo, lo "políticamente correcto" está creando silencios cómplices y está aniquilando millones de vidas humanas.

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EL PAÍS, 29.08.2009

El temor de los intelectuales a la política

Una "epidemia de conformismo" ha paralizado en los primeros años del siglo XXI la vida pública, donde lo único que importa es el poder del mercado. Los mezquinos intereses personales sustituyen a las voces críticas

RAMIN JAHANBEGLOO 29/08/2009

Las dos culturas, el conocido ensayo del científico y novelista británico C. P. Snow, salió a la luz en 1959. Snow defendía ahí la tesis de que el colapso de la comunicación entre las dos culturas de la sociedad moderna -las ciencias y las humanidades- era un freno para la resolución de los problemas del mundo. Medio siglo después, el debate iniciado por Snow ha tomado una nueva forma. El siglo XXI representa, en términos generales, la separación de los intelectuales y la política. Pocas veces habían estado tan alejados los intelectuales y el mundo político.

Los intelectuales críticos son hoy una especie en vías de extinción. Temen la política, y se diría que la política muestra una indiferencia absoluta por todo lo que se pueda denominar intelectual. Hay otros muchos que consideran que nos encontramos ante un declive de lo intelectual. Según ellos, la intelectualidad se ha distanciado de la esfera pública para acercarse a un mundo cada vez más profesionalizado y más empresarial. En otras palabras, los intelectuales están perdiendo su autoridad pública para dirigirse al poder, al tiempo que cada vez son más incapaces de realizar sus funciones de una forma independiente y crítica. Nunca se habían mostrado tan profundamente opuestas la conciencia crítica y la esfera pública.

Parece que los intelectuales de hoy pensaran que puesto que todas las verdades morales son relativas, ya no hay necesidad de ser la voz moral de un mundo sin voz. El afán de ciertos intelectuales de aparentar que lo políticamente correcto y sensato es desestimar la importancia que tienen los imperativos morales en la esfera pública no es más que una forma de hacer coincidir las necesidades humanitarias urgentes del mundo en el que vivimos con las necesidades concretas de su carrera o su ascenso profesional. Asalariados, ocupando cátedras o titularidades permanentes, pensionistas, muchos intelectuales se encuentran encadenados a la rueda de una carrera y una profesión respetables que paradójicamente estanca su capacidad para la crítica en un contexto no conflictivo.

Para ser más precisos, los mezquinos intereses personales han destruido los llamados intereses públicos de los intelectuales. Al olvidarse de la política, rápidamente y sin dejar lugar para el arrepentimiento, muchos intelectuales del mundo actual degradaron y abandonaron la idea de la esfera pública, transformándose en defensores de la cultura de masas carentes de todo sentido crítico. Es en virtud de esta falta de sentido crítico con respecto a la vida pública por lo que los politólogos y los expertos culturales han venido a sustituirlos como actores sociológicos en el mundo contemporáneo. A los intelectuales ya no les interesa reflexionar y debatir sobre los valores, su único interés reside en el comentario de los hechos. Así, con la aparición de la aldea global postindustrial, dominada por las redes mediáticas y la comunicación tecnológica, en las que las voces disidentes suelen estar acalladas, una "epidemia de conformismo" ha paralizado al completo la vida pública, convirtiéndola en una entidad impulsada única y exclusivamente por el mercado.

Para investigar la evolución del compromiso de los intelectuales en la historia europea del siglo XX, tenemos que empezar con el affaire Dreyfus y la aparición de la categoría "intelectual". Pese a las diferentes posturas que cristalizaron durante el affaire Dreyfus, ambas partes estaban de acuerdo en que el intelectual tenía que comprometerse. Uno de los que participó a favor de Dreyfus fue Julian Benda, el filósofo judío conocido fundamentalmente como autor de La traición de los intelectuales, donde afirma que "la labor del intelectual es defender los valores universales, por encima de la política del momento". Para Benda, por consiguiente, el intelectual es un sujeto que opera dentro de un marco moral y se atiene a unos valores trascendentales, libre de las impurezas de la política. Probablemente Zola se merece este honor, no por sus novelas, sino porque llegó a ser un intelectual que atacó la injusticia, el prejuicio y la intolerancia en la esfera pública. De este modo restauró la función que Sócrates había reservado para el filósofo: defender la universalidad de la búsqueda de la verdad y luchar contra la violencia.

El método de Sócrates para dominar la violencia era el uso del diálogo frente a las convicciones políticas. Con su mayéutica -conócete a ti mismo- Sócrates invitaba a los atenienses a interrogarse. Y aunque sea un fin en sí mismo, aprender a interrogarse es también una condición y un punto de partida para cualquier intelectual que quiera obrar honestamente. La honestidad es abrirse a la pluralidad humana; es cobijar la idea, intrínseca al trabajo de un intelectual dialógico, de que cada persona contiene "multitudes", como dice Whitman en su Canto a mí mismo. Todo intelectual necesita de esta multiplicidad, no sólo para conectar con los otros, sino también para ensalzar y valorar, como un elemento constitutivo del mundo, las diferencias que existen entre las personas. La idea de diferencia presupone otro valor igualmente esencial a la condición de intelectual: el respeto.

Una de las tareas del intelectual es pensar en cómo reformar y mejorar la sociedad. Su empeño primordial debe centrarse en la educación cívica de los otros ciudadanos para la responsabilidad que entraña la auto-gobernanza democrática. ¿No perdería todo el significado que tiene para nosotros el valor supremo de la historia si admitiéramos que son muchos los intelectuales que consideran que lo que denominamos examen crítico de la esfera política es un ejercicio fútil? Si no se lee y se ejerce el espíritu crítico, la historia podría convertirse en una simple repetición de los errores humanos. Por el contrario, cuando se comprometen con la historia, los intelectuales no sólo necesitan una mente abierta, sino también crítica, capaz de entender que las verdades pueden ser parciales; una mente que se interrogue continuamente. Lo importante aquí es que la manera de protegerse contra toda tentación de colaboración con el mal es interrogarse y reflexionar con sentido crítico.

Con este planteamiento, la pregunta es: ¿cómo se puede hablar de preservar la ética en la esfera política y de no caer en el mal cuando han dejado de existir los absolutos morales? Poco después de terminada la guerra, en 1945 y en uno de los primeros ensayos que aparecieron al respecto, Hannah Arendt decía que "el problema del mal será el tema fundamental de la vida intelectual en la Europa de posguerra, de la misma manera que la muerte fue el tema de reflexión fundamental después de la Primera Guerra Mundial". Creo que Arendt estaba en lo cierto, sobre todo porque en el mundo de hoy el problema del mal y sus implicaciones políticas constituye un desafío importante para el estatus público y la integridad moral de los intelectuales.

Cierto es que todos somos moralmente responsables de las calamidades e injusticias del mundo en el que vivimos. Pero no es menos cierto que el papel social y político de los intelectuales conlleva una mayor responsabilidad moral. Como señala Max Weber, el compromiso intelectual requiere la ética del héroe, pues hace falta una gran valentía moral para enfrentarse a las responsabilidades que se adquieren en la esfera pública.

Muchos creen, por supuesto, que ser hoy un intelectual comprometido con la vida pública no es nada del otro mundo, ya que ser demócrata y vivir en una democracia no supone ningún riesgo, ningún desafío. Pero, dado que no puede haber una democratización y una globalización reales si no están acompañadas de una labor crítica real por parte de los intelectuales, en su función de contrapoderes, ser hoy un intelectual crítico significa también ejercer de conciencia moral del mundo globalizado. Por eso, para los intelectuales comprometidos, la verdadera lucha no se limita a estar a favor o en contra de la política, sino que se trata sobre todo de una batalla en defensa de lo humanitario frente a lo inhumano. Se trata de tener la valentía de alzar la voz en nombre de la no violencia y en contra de la injusticia. Por esta razón, aunque el concepto haya perdido hoy la fuerza que tuvo en el momento del caso Dreyfus, se ha de mantener la función del intelectual público. Mientras los humanos sigamos creyendo que la esperanza no es una palabra fútil, los intelectuales no dejarán de ser útiles en todas las sociedades.

Ramin Jahanbegloo, filósofo iraní, es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Toronto. Traducción de Pilar Vázquez

Si ella sí, ¿porqué otros no?

Mientras que nuestros políticos del PSOE quieren autorizar el asesinato de nonatos con hasta 6 meses de gestación, en otro lugar del mundo luchan por salvar la vida de una pequeña que nació a los cuatro meses desde la concepción...

¿Quién está realmente actuando con valores morales de estos dos grupos?
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Nace en China una niña del tamaño de la palma de una mano

Shanghai (China), 11 dic (EFE).- Los médicos del Hospital Infantil de la Universidad de Fudan, en Shanghai, luchan por salvar la vida al bebé más pequeño que jamás haya sobrevivido en China, una niña de 413 gramos de peso y 26 centímetros de longitud que nació poco después de los cuatro meses de gestación.

La recién nacida ya ha pasado un periodo crítico de 100 horas después de abandonar el útero materno, según informó hoy el diario "Shanghai Daily", pero todavía tendrá que permanecer en la incubadora más de tres meses, hasta que esté completamente fuera de peligro.

Su madre, una joven shanghainesa de 23 años, dio a luz hace unos días a una pareja de mellizos tras sólo 23 semanas y cuatro días de embarazo, pero el hermano de la niña murió a las pocas horas de su alumbramiento.

Un equipo de médicos y enfermeras especializados en cuidado infantil se ocupa del bebé, y trabaja para prevenir posibles infecciones, mantener estable su metabolismo y asegurar su nutrición, en un entorno que imita las mismas condiciones de humedad, luz y temperatura que el vientre de su madre.

El bebé prematuro más pequeño del mundo que consiguió sobrevivir nació en Chicago en 2004, y fue la hermana menor de una pareja de gemelas que al nacer pesó sólo 244 gramos.

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La noticia en la publicación original, el Shanghai Daily.

Lo que no dicen aquí, pero sí en la noticia original, es que las dos niñas de Chicago sobrevivieron ambas. Si pueden salir adelante unos bebés tan prematuros, ¿qué justifica asesinarlos tan sólo porque aún están en el útero de una mujer?.

Espero que esta noticia y otras que vengo publicando en este blog ayuden a las gentes honestas -especialmente si aún justifican el aborto- a que reflexionen sobre lo que el aborto significa realmente. Y a los indiferentes, para que tomen postura ante esta tragedia que está sucediendo en nuestra sociedad, aunque no lo vemos porque lo sustraen de nuestra mirada.

La foto que acompaña a la noticia original es impresionante:


viernes, 4 de diciembre de 2009

Manifiesto por los derechos fundamentales en internet

Manifiesto “En defensa de los derechos fundamentales en internet”

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial – un organismo dependiente del ministerio de Cultura -, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.

Votan contra los minaretes de las mezquitas en Suiza

Curiosa noticia. Si tengo tiempo la comentaré más adelante. Vaya un apunte por delante: cuando se trata de sondeos sobre temas que afecten a la seguridad personal o a lo políticamente correcto, la gente suele mentir, así que el resultado luego es sorprendente.
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Los suizos deciden en referéndum prohibir la construcción de alminares

Los suizos decidieron, por una amplia mayoría del 57% de los votos, prohibir la construcción de alminares, según los resultados definitivos del referéndum celebrado este domingo. Sólo cuatro de los 26 cantones que componen la Confederación Helvética rechazaron la propuesta de la derecha populista del partido UDC y de la pequeña formación cristiana UDF.

El resultado constituye "una inmensa sorpresa" que contradice todos los sondeos previos, que pronosticaban que un 53% del cuerpo electoral rechazaría la propuesta, estimaron los observadores. La decisión de los suizos implica una modificación del artículo 72 de la Constitución suiza que regula las relaciones entre el Estado y las religiones.

La prohibición de construir alminares figurará como una medida tendiente a "mantener la paz entre los miembros de las diversas comunidades religiosas". El partido UDC, cuya prédica apunta a fomentar el miedo a los extranjeros, logró convencer a la mayoría de los suizos diciendo que los minaretes eran el "símbolo aparente de una reivindicación político-religiosa del poder, que cuestiona los derechos fundamentales".

Es un resultado "catastrófico" que expresa "un verdadero miedo, un cuestionamiento profundo del islam en Suiza", declaró el intelectual musulmán Tariq Ramadan, que vive en Ginebra y enseña en la universidad británica de Oxford.

El partido Verde suizo anunció el domingo que estudiaba la posibilidad de presentar un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, Francia, por violación del principio de la libertad religiosa que figura en la Convención europea de los derechos humanos.